Si dentro de tu círculo social existe por lo
menos un artista de cualquier tipo de disciplina - actor, cantante, bailarín,
malabarista, escapista – probablemente has escuchado la expresión “mucha
mierda” y probablemente hayas deducido que no se le está deseando heces fecales
literalmente al artista en cuestión. Por mas raros y excéntricos que seamos
pues todo tiene un limite.
La expresión “mucha mierda” es un sustituto para el “buena suerte” que usan los civiles en su vida diaria. Cuando un doctor va a entrar al quirófano por primera vez, la enfermera veterana le desea “buena suerte”. Cuando un arquitecto va a romper la botella de champagne en la pared de la primera casa que construyó, se le desea “buena suerte”. Cuando un bolichista profesional llega a la final y necesita una chuza para ganar su trofeo, su mamá le dice “buena suerte”. No al artista.
Se considera de mala suerte decir buena suerte. En el #gremio, lo más común y lo mas correcto es desear “mucha mierda” y esta es la razón:
En la antigua historia de la época de Shakespeare y la reina y las carrozas con caballos, al igual que en la actualidad, se hacían estrenos, opening nights, premieres, vaya. Se creía que si al estreno de tu obra – seas Shakespeare, Marlowe o Wilde – llegaban muchas personas, la obra iba a ser un éxito. Pero aún mas si se presentaba la realeza, o la gente de muy alto nivel socioeconómico. Esto era señal de que a huevo le iba a ir bien a tu show. La realeza y millonarios llegaban al teatro en sus carrozas jaladas por caballos y se estacionaban justo afuera del teatro. Durante la función, los caballos hacían popó afuera del teatro y ahí se quedaba la popó (en esa época la higiene no era lo mas importante) (por eso las plagas y esas cosas). Entonces, si después de tu función el teatro estaba lleno de caca, eso quería decir que tu obra había sido un éxito rotundo. Si no había popó, entonces tu show era popó.
And now you know.