Yo les juro que Diosito me hace pasar momentos así nomás para tener algo interesante de que escribir de veras…
Ayer mis amigos empresarios de restaurantes me invitaron a la inauguración de su nuevo lugar en Polanco. Citaron a las 7:30pm horario mexicano entonces se me hizo muy correcto llegar a las 8:00pm suponiendo que aún con media hora de retraso iba a ser de los primeros.
Yo, siendo tan inteligente como soy, llegué al parque del Reloj a las 7:49 y me estacioné en un lugar de parquímetro. En mi cabeza pensé “te quedas aquí adentro de tu coche hasta las 8 y ya luego te vas al restaurante”.
Es importante mencionar que solo traía un billete de $200 y no traía ni una sola monjita de $10c.
Son las 7:54 y por el retrovisor veo que ahí vienen sus tíos los policías de los parquímetros. Yo muy seguro de mi mismo, me acomodo pensando que no me van a poder multar porque a) faltan 6 minutos para el curfew y b) estoy yo adentro de mi unidad.
Tan pendejo yo.
Venían 3. Dos de los que ponen las arañas de chalequito verde – llamémosles María y Pedro, y un oficial de chamarrita amarilla fosforescente que le llamaremos Oficial.
María me ve adentro del coche y viene a tocarme la ventana, la bajo y le digo que estoy esperando en el coche a que sean las 8 para poder bajarme y seguir con mi vida. Todavía no terminaba de decir eso cuando del otro lado veo que Pedro esta cargando una araña y me la está poniendo en la llanta. Neta si poner arañas fuera deporte en las Olimpiadas, Pedro sería Phelps.
Me tomó como 5 segundos entender lo que estaba pasando, quería pensar que María y Pedro me estaban haciendo una jugarreta y que en cualquier momento iba a salir Oscar Cadena con su cámara escondida.
Tan pendejo yo.
Veo que empiezan a llenar mi multa y me bajo del coche – por favor imaginen todo lo que sigue a velocidad Jack Bauer.
Seguía sin poder creer que estos ojetes lo habían hecho. Empecé a reclamarles que como era posible, que estaban abusando de su autoridad, que si bien había yo cometido una infracción [me enseñaron que si había cometido una infracción] podrían mínimo haber tenido la cortesía de hacérmelo ver antes de ponerme la araña… en fin, yo estaba muy enojado pero siempre conciente que si me ponía altanero y les faltaba al respeto con cualquier grosería me iban a llevar al Torito.
Pedro y María muy en su papel de oficiales de la Gestapo repetían y repetían que había cometido una infracción y todo lo que yo decía lo usaban en mi contra. Literal lo usaban en mi contra. Todo. Yo me empecé a hiperventilar.
En eso, Oficial que había estado muy calladito en la banqueta se acerca y le dice a Pedro y a María “Permítanme hablar con el caballero”. El caballero era yo. Me había portado cual Duque, la verdad.
Tan decente yo.
Pasamos a la banqueta y me dice Oficial que muy probablemente no me van a quitar la araña, que podemos solucionarlo de otra forma y ahí si perdí conocimiento y me puse como Laura Bozzo. Con todas mis fuerzas grité “NO LES VOY A DAR MORDIDA OFICIAL!”. Y se me quedó viendo con cara de gato de Shrek. Había un restaurante atascado de gente justo enfrente y todos me voltearon a ver. La verdad todos habían estado al pendiente de todo desde que empezó mi drama.
Cuando vieron que hablaba en serio, Pedro y María como que se empezaron a poner un tanto incómodos – cositas – y se alejaron a su bicicleta. Le dije al oficial que si había él visto todo el merequetengue que habían hecho y que si estaba de acuerdo y me dejé ir. Creo que me aventé un monólogo de 5 minutos acerca de la injusticia, del país, de los impuestos, del Peña Nieto y de los maestros.
Pedro se acercó a nosotros y me dice “Me permite hablar?” y ya, le permití hablar y me dice: mire joven (ya no era caballero, ahora era joven), le vamos a quitar la araña pero es importante que lea usted el reglamento completo para que este tipo de circunstancias no vuelvan a ocurrir.
But wait! Lo que no había visto es que JAMAS le pusieron el candadito a la araña! Nomás la pusieron sobre la llanta para espantarme y a ver cuanta lana les iba dar! Háganme el mentado favor, mis amables lectores. Un episodio verdaderamente lamentable.
Yo amo los parquímetros y soy el primero en defenderlos pero estos Brothers que abusan de su poder y se ponen en sus power trips en serio ponen de malas. No se dejen!
En Suecia esto no pasa, nomás digo.