[cannabis]

by David Fridman


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Para muchos, es un taboo. En serio. En pleno S.XXXX mucha gente considera la marihuana estar en la misma lista de la necrofilia y el incesto.

A mi personalmente, la mota no me gusta. Si la he probado de manera recreacional pero no es algo que hago seguido. De hecho, es muy rara la vez que decido darle un golpe a un churrito. Tipo nomás cuando estoy en Coyoacán. Y voy a Coyoacán una vez cada bi-año en promedio. You do the math.

Y no es que tenga un problema con la marihuana. De hecho mucha de la gente a la que mas quiero en este universo es muy #asidua a la mota. El pedo es que a mi me apendeja. Me río sin control 15 minutos y luego no puedo expresar lo que pienso porque me estoy riendo demasiado y después me quedo dormido. Entonces yo prefiero el tequila.

Lo preocupante en este caso es como todavía existe gente que cree que la marihuana es una droga de Satanás que los va a hacer terminar como Jared Leto en Réquiem. Esto puede ser culpa de falta de información o falta de habilidad de ver mas allá de sus ignorantes narices.

Me encontré esta monada en Internet que siento que expresa perfectamente lo que me gustaría decir pero pues una imagen con dibujitos y datos dice mas que mis palabras:

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Imaginen que estamos en una comida familiar, un sábado, el cumpleaños de la Tía Lupe. Ninguno de mis tíos ni primos me va a decir nada si me sirvo un tequila con agüita mineral. Si de repente organizo una ronda de shots con la juventud de la fiesta, voy a ser “el divertido”, “el desmadroso”, “el actor borracho”. Ahora imaginen que en lugar de tequila, es un churrito de mota que prendo. Pa empezar, las 16 cachetadas seguidas que me meten mi mamá, mis tías y mi abuela. Luego la plática de mi tío el doctor que a donde estoy llevando mi vida metiéndome esas porquerías al cuerpo, luego las miradas de eres-un-bueno-para-nada-actor-tenias-que-ser-me-das-lastima de Sarita y Pedrito (Pedrito que ni juzgue que los viajes que se mete con el olor a thiner cuando barniza muebles ya los quisiera Justin Biebier).

Todo esto, te recuerdo amigo lector, que es hipotético. Yo no fumo mota. Ya quiero ver las miradas juzgativas en el cumpleaños de la abuela – “ese artículo que escribió David es ficción, verdad?”, “tan decentito que se veía”, “seguro agarró esos vicios #cuandoviviaenNY”.

Mi punto aquí es muy básico. Después de leer la tablita que les puse (leer esto a manera de regaño) con que cara pueden decir que la mota es mala, ilegal, de drogadictos y de gente fea sin futuro cuando tu tienes una cava llena de botellas de vinos exquisitos finísimos de Paris y no pierdes oportunidad de chingarte un tequila en un brindis de la comida Godín? No estoy diciendo que eso esta mal tampoco. No. Cada quien sus alcoholes y sus cubas y sus drogas. Pero lo que si está feito es que juzgues una actividad de la cual no tienes la menor idea ni de los efectos ni de las causas ni razones.

Y ni siquiera voy a entrar en las cualidades y beneficios médicos que tiene la hierbita porque ni soy doctor ni me las se bien, pero yo confío en los hippies que la venden para los pacientes enfermos de Glaucoma y así. 

No entiendo por qué escribí todo un artículo defendiendo una práctica que yo no hago pero creo que va en línea con lo que siempre les digo: if you don’t like gay marriage, don’t get gay married.

 

LIVE AND LET LIVE y dejen de juzgar que nomás se hacen úlcera ustedes solitos y cuando les de cáncer del coraje van a ver que no le van a decir que no a un pasesito.