[a drink in the clouds]

by David Fridman


No es por presumir pero este post es totalmente por presumir.

El fin de semana me invitó La Europea a Tequisquiapan a probar unos nuevos vinos que sacaron al mercado de un vineyard mexicano que se llama @Lasnubesvinos. La invitación consistía en ir a dicho pueblito y dejarse consentir por el staff y los sommeliers de La Europea. Y saben que? Wow.

Nos quedamos de ver en un punto en el D.F. y de ahí nos montamos todos en una camionetita rumbo a Tequis. Cabe mencionar que la camioneta manejaba un aire acondicionado de campeonato y un playlist que te ponía en uva-mode increíble. 

Llegamos al hotel y después de la repartición de cuartos nos citaron a las 9pm en el restaurante para lo que sería la primera cata. Una vez todos presentes, nos presentaron a los 3 maestrosommeliers que nos iban dar clases. Definitivamente eran eruditos uvíles olímpicos. De esas veces que te dan vino y estas como toro arrancando motores y de repente te metes un auto-freno cerebral y bebedor y te acuerdas que la cita al día siguiente es a las 6am vestidos y bañados. Le bajamos a nuestro alcoholismo y nos dimos las buenas noches. Procedí a dormir cual casi-borracho.

 

6:00am todos en el lobby vestidos, peinados – y algunos de nosotros crudos [no diré nombres pero le mando un saludo muy especial a @EricasanchezSu donde quiera que esté] y nos subimos a un camioncito que c

onstruyeron allá en el año de 1964. Llegamos a un gran campo y el momento que mas temía por fin llegó: nos íbamos todos a subir a un globo a hacer una degustación de vino a 1000 metros de altura.

 

 A las 6:30 de la mañana nos dividieron por globos y cada uno nos fuimos a nuestra pista de despegue. A las 7:00am estábamos a 800 pies de altura chingandonos un Merlot-CabSav-Tempranillo asistidos por la joven sommelier Viridiana y por el H. Capitán Ramón. Lo bueno de que había alguien en el globo que le tenía mas miedo que yo a las alturas es que nadie notó mi pánico en las nubes y todos trataban de calmar a la otra persona que se estaba hiperventilando [no diré nombres pero le mando un saludo muy especial a @alexdelamadrid donde quiera que esté].

 

30 minutos y 4 copas de vino después estábamos todos mucho mas relajados. Asumimos que era porque se nos quitó el frío.

Aterrizamos – un aterrizaje muy amable – y se desinfló el globo al 50%. Ramón el Capi nos ofreció meternos al globo a hacer un photoshoot y como andábamos ya todos bien contentos a las 8am, pues a quien le dan pan, que llore.

Nos montaron a otra camioneta y de regreso al hotel. Ustedes que creen, que había OTRA CATA o que no? Pues que si. Les digo que la Europea si sabe consentir…

Ya en el hotel, todos los tripulantes de todos los globos nos reunimos para un ligero brunch y una no-tan-ligera cata de mas vinos. Las 10am y todos bien acá.

A las 10:30 algunos se fueron a dormir [los de edad mas avanzada] y otros se fueron a la alberca [los de hígado mas avanzado] y a las 12 fue la foto oficial con todos los participantes con los organizadores y los sommeliers. Unos cansados, otros crudos, otros campechanos… Nadie se fue de boca con una copa de vino. Nadie. [un saludo muy especial al sommelier donde quiera que esté]

 

En resumen, esta experiencia fue una de las cosas mas chingonas que me han tocado vivir. Beber vino a 1000 metros de altura trepados en un globo definitivamente entraba en mi lista de  “100 cosas que jamás voy a hacer porque no soy un Lord inglés” y ahora gracias a la Europea la puedo pasar a mi lista de “100 cosas que ya hice y tu no”.

: I GLOB YOU!

 


Lemando un saludo y un sorbete a todos mis compañeritos de viaje: