Vivimos en un país futbolero. Nadie puede – ni quiere, ni intenta – negarlo. Cuando juega la selección mexicana el país entero entra en coma pambolero* dos horas y nadie le tira un pedo a nadie mas. Te puedes estar desangrando atropellado a la mitad de Insurgentes y si no es el intermedio, probablemente te mueras.
Y esto no es solo es cuando juega la selección. Aparentemente el futbol tiene una especie de poder sobrenatural para convertir a la mayoría de los mexicanos en zombies primitivos cuando juegan las Chivas o los Pumas o las Águilas o los Tiburones del Veracruz [yo una vez hice un anuncio para los Tiburones del Veracruz y ahí fue cuando me enteré que existían los Tiburones del Veracruz].
Todo mundo es feliz cuando hay el partido de la Confederación de quiensabeque o de la Liguilla o del torneo de invierno o de futbolito. Todo mundo excepto un select few que nomás no nos ha atrapado esta secta. Tipo yo, soy un Ninja en el arte de nod accordingly cuando empiezan a hablar de los Tucanes y los Santos. De vez en cuando suelto un “si, no mames, golazo” o “pinche árbitro” pero si les soy honesto, hasta hace poco yo juraba que el esférico era el círculo que estaba en medio de la cancha.
Ahora, también existe la posibilidad de ir a aplatanarse a la sala de un amigo o a un restaurante o a un bar a ver la final o el clásico o uno de esos partidos especiales que tanto alboroto causan. Yo ya tengo dominado el arte de jugar viborita en mi cel y al mismo tiempo gritar y chiflar cuando todos lo hacen. No es fácil y si te cachan probablemente seas el #hazmereir por los próximos 12 segundos, hasta que el delantero haga una suerte con la pelota.
Les juro que he tratado a lo largo de mis 28 años de caer en las redes del fut. Viniendo de una familia de aficionados, escuchando cada pinche Navidad que si los Pumas no debieron vender a Luis García o que el arquero y que Zague y la mamada y media, pues uno trata de adaptarse para integrarse, pero a la séptima vez que le tratan de explicar a uno que carajos es un fuera de lugar y yo sigo sin verle razón ni sentido, ya mejor me dedico a comer dip con papitas y aplaudir cuando aplauden los demás.
Mi duda para todos ustedes fanáticos es: como le hacemos para seguirle echando porras a México cuando en verdad ha jugado mal? Y no lo digo yo – ya aclaramos que no soy experto en el tema ni mucho menos – pero tengo Twitter y tengo dos oídos que escuchan todo y pues el desempeño de la selección, tengo entendido, ha sido deplorable. Entiendo que en las buenas y en las malas y todo eso pero yo nomás veo a todo mundo hacer corajes y mentarle la madre al pobre millonario del Chicharito y pues digo, pa que? Que no tenemos suficiente material pa quejarnos con el simio su tío Peña Nieto o con las elegancias de Laura la peruana o con el impuesto a la comida de Maddox? Es necesario hacer muinas por algo que podríamos evitarnos?
Pero bueno, ojala gane México y vayamos al Mundial y todas esas cosas.
*cabe mencionar que tuve que googolear pambolero para escribirlo bien